EL DEMONIO Y LA CAJA LEGENDARIA

Hace muchos, muchos años, en el inframundo, era invierno. En el centro de un gran laberinto había una tribu de demonios. Allí vivía el pequeño Trigón. Él tenía solo un defecto: tenía mucha curiosidad.

Un día de diciembre, el más anciano de la tribu le contó “La leyenda de la caja mágica”, que estaba al otro lado del laberinto. Nadie había vuelto con vida. Había un lobo solitario hambriento que se perdió hace 30 años y desde entonces la protege… A Trigón le picó la curiosidad y decidió ir.

A la mañana siguiente el pequeño demonio se preparó una mochila con agua y cinco trozos de carne: una para él y cuatro para el lobo.

Durante la estancia en el laberinto tuvo que superar varias pruebas, como trampas y contratiempos.

A lo lejos vio al lobo, que se acercó para comérselo; en ese momento Trigón le enseñó un filete y el lobo se amansó y aprovechó para abrir la caja mágica. Luego el laberinto desapareció y apareció el sol.

Desde entonces, los demonios viendo el espacio y el sol supieron que Trigón lo había logrado.

 

Gloria C.